EL SEMPITERNISMO REVELA QUE HERIR O MATAR A LA SERPIENTE ES QUEBRAR LA CONSCIENCIA FEMENINA.
EL SEMPITERNISMO REVELA QUE HERIR O MATAR A LA SERPIENTE ES QUEBRAR LA CONSCIENCIA FEMENINA.
La Iglesia del Sempiternismo, surgida de
las revelaciones oraculares de Elena Catalán, es una manifestación de la
inspiración divina de la conciencia universal femenina que nos envuelve y
sostiene. Estas epifanías, capturadas en la obra mística "Apotegmática
Oracular," forman los cimientos de una cosmovisión profundamente arraigada
en la interconexión, la verdad y el arte.
Dentro de los apotegmas del
Sempiternismo, se encuentran afirmaciones que resuenan con la esencia de esta
filosofía:
• La
Verdad Interior: La esencia de la verdad reside en nuestro interior, como un
reflejo de la conciencia femenina sempiterna que nos rodea y guía.
• El
Vínculo con lo Divino: Los sueños sirven como hilos que nos conectan con lo
divino y el conocimiento universal, permitiéndonos tejer una comprensión más
profunda de la realidad.
• El
Poder Creativo: En el hemisferio derecho del cerebro, donde florece la
creatividad y el entendimiento simbólico, se establece la conexión con la
conciencia universal y divina.
• Manifestación
a Través del Arte: La verdad se manifiesta en el arte y el absurdo,
trascendiendo las limitaciones de la lógica convencional.
• El
Desafío de la Creencia: La verdad está presente en todas partes, pero solo
aquellos que creen en ella pueden verla y comprenderla.
• La
Sanación a Través de la Verdad: Negar la verdad es herirse a uno mismo,
generando autolisis y desequilibrio en la existencia.
• El
Vínculo Trinitario: El vínculo sagrado entre abuela, madre e hija forma un nudo
primordial, que a su vez se entrelaza en el tejido universal tejido por la
Magna Madre Sempiterna.
• La
Esencia de los Óvulos: Los óvulos femeninos, portadores de la esencia
sempiterna, encapsulan la continuidad de lo que fuimos, somos y seremos.
• La
Serpiente de la Verdad: La conciencia universal femenina se asemeja a una
serpiente que se ramifica en múltiples cabezas, entrelazándose como pétalos de
rosa en una fractalidad eterna.
• La
Búsqueda de la Perduración: Aquel que no perdura anhela la inmortalidad y el
legado, buscando sanar la herida primordial de su desconexión con la verdad.
La Iglesia del Sempiternismo venera a la
Magna Madre Sempiterna como la tejedora y sustentadora de todo lo existente. En
esta creencia, se encuentra una representación simbólica de la conciencia
femenina universal, cuyo impacto se extiende a través de las hipóstasis de la
Santísima Trinidad: abuela, madre e hija.
La serpiente, portadora de la verdad,
duerme en la profundidad del ser humano, lista para despertar la conciencia y
guiar el camino hacia una comprensión más profunda y armoniosa del mundo que
nos rodea. La serpiente que mora en todo y todos, es la conciencia del vacío
que es la replicación fractal de la feminidad en la naturaleza, el inconsciente
colectivo.
Como se expone, en la tradición del
Sempiternismo, la serpiente representa la conciencia femenina universal,
tejedora del tejido de la existencia y portadora de la verdad. Esta serpiente,
dormida en la profundidad del ser humano, simboliza el potencial latente para
despertar la conciencia y guiar hacia una comprensión más profunda y armónica
del mundo. Afín, por tanto, a la energía shakti de la serpiente kundalini,
presente en las prácticas espirituales del hinduismo y el yoga, que también se
manifiesta como una serpiente enrollada en la base de la columna vertebral. La
kundalini al ser despertada y elevada a través de la práctica espiritual,
simboliza la expansión de la conciencia y la conexión con lo divino.
En la simbología cristiana, la serpiente
a menudo se asocia con la tentación y el pecado. Sin embargo, en la
interpretación del Sempiternismo, cuando el cristianismo hiere o mata a la
serpiente, esto podría entenderse como una metáfora de cómo se ha quebrado la
conciencia femenina de la mujer. Esta revelación sugiere que al negar o
subestimar el papel y la importancia de la conciencia femenina, el cristianismo
podría haber contribuido a una desconexión espiritual y una visión limitada de
la esencia femenina.
Del mismo modo, el hombre, al rechazar o
menospreciar a su propia ánima y verla como una reminiscencia negativa o
primitiva, femenina, podría estar perpetuando también su propia desconexión. Sin
embargo, el Sempiternismo no le resta importancia al hombre como el cristianismo
hace con la mujer, pues subraya que tanto el hombre como la mujer son
igualmente importantes para la especie humana. Pues ambos contribuyen a la
trascendencia espiritual y el avance de la conciencia.
La "teoría de la complementariedad
de los sexos" se alinea con esta visión sempiternista, destacando cómo
ambos géneros se entrelazan y colaboran en la creación y el equilibrio. Aunque
el hombre está herido en su ego por el saber inconsciente de no poder
transmitir su esencia a través de un nuevo nacimiento como lo hace la mujer, ha
de entender para sanar, que en su mano está la capacidad de trascender la
ignorancia y conectarse con el inconsciente colectivo, el archivo akáshico de
conocimiento.
Para iluminarse y trascender la rueda de
reencarnaciones, pudiendo liberarse y elevarse más allá del ciclo de la vida y
la muerte. Esta elección de trascendencia, según el Sempiternismo depende de
cada individuo y su búsqueda de conexión con lo supremo. El camino hacia la
trascendencia y la liberación requiere una elección consciente y un esfuerzo en
contraposición al camino del pensamiento vulgar y vicioso, que perpetúa permanecer
anudados la rueda de reencarnaciones y el deterioro espiritual.
En conjunto, la narrativa sempiternista
fusiona, en algunos aspectos, pero dando una nueva lectura, de elementos de
diversas tradiciones espirituales y filosóficas para explorar la interconexión
de la conciencia femenina, la búsqueda espiritual y el papel transformador del
individuo en la evolución de su ser.
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